Desde hace ya algunos años los coches SUV se han popularizado. Su reconocimiento es tal que las ventas de esta modalidad pueden llegar a superar las de los coches familiares.
Empezando por los coches SUV, estos son una creación ambigua que combina el diseño de un todoterreno con el de un turismo tradicional, el resultado es un vehículo que puede ser usado tanto en el campo como en la ciudad. Por ello los coches SUV se caracterizan por su versatilidad y seguridad. Otra característica de estos coches es el chasis monocasco que contribuye a que el coche sea más seguro. Otro punto a destacar es la tracción integral. Los vehículos SUV también se caracterizan por sus asientos elevados, que generan sensación de control, seguridad y dan una mayor visibilidad a los pasajeros. En resumen podríamos resumir sus características en estos puntos:
- Fácil adaptación a distintos terrenos.
- Conducción sencilla en todo tipo de superficies.
- Mayor amplitud y altura.
- Muy seguro por su alta suspensión y el refuerzo de los bajos.
- Posición de conducción elevada.
Por otro lado, los coches familiares se caracterizan por ser prácticos y espaciosos. Cuentan con la carrocería de dos volúmenes, es decir, con habitáculo y maletero juntos. Esto permite abatir los asientos siempre que sea necesario. Los coches familiares suelen ser menos pesados y por tanto tienen una mayor eficiencia energética. Además esto permite que la conducción sea sencilla y agradable. Otro punto a favor de los coches familiares podría ser su precio, que es normalmente inferior a las gamas SUV de la empresa en cuestión.
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